Can & Dog Educación Canina

Un perro educado es una garantía

Corrección de conductas

La corrección de conductas consiste en la eliminación de una o varios comportamientos que manifiesta el perro y que dificulta la convivencia en el núcleo familiar. Dichas conductas inadecuadas pueden deberse a diferentes factores y han de tratarse de forma específica, intentando averiguar el origen del trastorno para solucionarlo de la forma más efectiva posible.

Las fobias son respuestas de miedo desproporcionadas frente a un estímulo concreto. Entre otras cosas se caracteriza por no responder a un proceso de habituación normal. Aunque el estímulo que desencadena la fobia se presente varias veces consecutivas sin consecuencias adversas para el animal, la respuesta de miedo no desaparece, si no que incluso aumenta. Tratamos y solucionamos todo tipo de miedos y fóbias como por ejemplo a personas, a otros perros, al ruido (petardos, truenos, etc).

Los comportamientos obsesivos (estereotipias) son conductas repetitivas, invariables y sin función aparente. Las principales estereotipias o conductas compulsivas del perro son:perseguirse la cola, lamido excesivo y conducta de “caza de moscas”. Las estereotipias pueden aparecer en cualquier edad y en cualquiera de los dos sexos por igual. Estos problemas se pueden tratar de forma efectiva con la terapia adecuada.

Otro problema que afecta gravemente a la convivencia familiar son las conductas agresivas. La agresividad es un problema de comportamiento bastante frecuente. No hay evidencias concluyentes de que haya diferencias con respecto a la agresividad entre las diferentes razas. El ambiente y el adiestramiento desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la agresividad de un animal. La agresividad puede tener causas muy diversas y su pronóstico y tratamiento es distinto dependiendo de la forma de agresividad que se haya de tratar. Lo primero es distinguir entre la agresividad por causa orgánica, cuyo tratamiento ha de ser realizado por un Veterinario y la agresividad sin causa orgánica, si no conductual. Es este segundo tipo de agresividad la que entra en el campo de la etología.

La Ansiedad por Separación se trata, posiblemente, de uno de los trastornos más habituales y que más preocupan al propietario ya que la conducta del perro afecta directamente a la convivencia familiar. Bajo el nombre de ansiedad por separación se engloban una serie de síntomas que reflejan un estado fuerte de estrés en nuestro perro como consecuencia de una “sensación de abandono”. Debemos comprender que se trata de algo antinatural para un perro el verse desplazado forzosamente de su manada.

Como animales sociales gustan de la compañía de los suyos y nosotros somos para nuestro perro ese ”uno más de la manada", igual que ellos son para nosotros uno más de la familia.  

El problema aparece cuando el perro es, o se ha vuelto, más sensible de lo normal a la soledad y en ausencia del dueño se siente sometido a una sensación de tremenda angustia que le lleva a “desahogarse” con conductas liberadoras de la tensión (Ladridos y/o aullidos, micción y defecacción, conductas destrutivas). Este problema conductual, se soluciona la mayoría de los casos, pero hay que señalar que la implicación de toda la familia que convive con el perro es fundamental para el éxito de la terapia.